Bases para cultivar marihuana en interior
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Suele pensarse a menudo que el cultivo en interior de marihuana es algo complicado y difícil, sólo al alcance de unos pocos entendidos. Nada más lejos de la realidad, para cultivar nuestras variedades de cannabis preferidas en interior sólo debemos tener claro unos sencillos conceptos y ser constantes.
En este post queremos explicaros de manera fácil y sencilla cómo preparar un cultivo de cannabis en interior, para lo cual deberemos centrarnos en los tres aspectos fundamentales: ventilación, iluminación y nutrición/substrato. Si tenemos estos tres elementos bajo control y elegimos correctamente las variedades que vamos a cultivar, el cultivo en interior será algo sencillo y casi mecánico, aunque si descuidamos alguno de ellos, el rendimiento y calidad de nuestras plantas se verá seriamente mermado.
Durante todo el post usaremos el ejemplo de un armario de cultivo de 1,20 x 1,20 metros de superficie y 2 metros de altura. En el mercado encontramos infinidad de modelos de armarios de cultivo, por lo que no será difícil conseguir un armario con las medidas adecuadas para nuestro espacio. Gracias a ellos podemos controlar mejor la temperatura y humedad, y así mantendremos a nuestras plantas alejadas de fuentes de luz externas, ya que el cannabis necesita periodos de oscuridad total ininterrumpida para florecer correctamente.
Resumen para un cultivo de interior de marihuana
Factores principales a tener en cuenta antes de montar un cultivo de interior:
Iluminación
Gracias a ella nuestras plantas podrán crecer y florecer adecuadamente. Los equipos de iluminación suelen constar de balastro, reflector y bombilla. Normalmente, se utilizan menos vatios y luz blanca para crecimiento, mientras que durante la floración se usan bombillas de mayor potencia y color anaranjado.
Los balastros (reactancia) son necesarios para el correcto encendido y funcionamiento de las bombillas y pueden ser electromagnéticos o digitales. Los equipos LED, CFL y fluorescentes suelen llevar el balastro incorporado en el mismo sistema, mientras que las bombillas HPS y HM lo llevan a parte.
En cuanto a los reflectores, también encontramos una amplia gama en el mercado, desde los más sencillos hasta reflectores refrigerador por aire (Cool Tube). Su función es reflejar la luz sobre las plantas, de manera que su diseño y material de fabricación tienen una relación directa con la cantidad y dispersión de la luz reflejada.
Dependiendo de la temperatura y humedad de la sala (también de los vatios de la bombilla), las lámparas suelen colocarse a 40-60cms de las parte superior de la planta. Lo mejor es medir la temperatura a esta altura, y entonces subir o bajar el foco en función de la temperatura que necesitemos.
- Crecimiento: 18 horas de luz / 6 horas de oscuridad diarias, luz blanca/azul. Sistemas más usados: HM, CFL, LED, Fluorescentes.
- Floración: 12 horas de luz / 12 horas de oscuridad diarias, luz naranja/roja. Sistemas más usados: HPS, HPS+HM, LED.
- Plantas automáticas: 20 horas de luz / 4 horas de oscuridad diarias. Luz blanca mientras crezca, luz naranja al empezar la floración y hasta la cosecha.
- Procurar tener las luces apagadas durante las horas de más calor del día. Usar reflectores refrigerados por aire (conectados al extractor) en caso de que necesitemos bajar la temperatura de la sala o del armario.
Ventilación
Otro aspecto clave en el cultivo interior es una correcta renovación del aire de la sala, así como un filtrado de olores eficaz que deje el aire que sale del espacio de cultivo libre de olores.
Podéis consultar este práctico post sobre cómo ventilar un cultivo de marihuana para obtener más información.
- Extractor de aire: Reduce calor y humedad, ayuda en la renovación del aire, se le puede acoplar un filtro de carbono o un ozonizador tubular para eliminar el olor de las plantas.
- Intractor de aire: Siempre debe ser de menos capacidad (m3/h) que el extractor. Introduce aire fresco en la sala/armario, renovando el aire. En determinados casos, puede prescindirse de él y usar la intracción pasiva (conforme el extractor evacúe aire de la sala, aire fresco del exterior irá entrando por la rejilla de intracción sin necesidad de ningún aparato).
- Ventilador interior: Remueve el aire del espacio de cultivo y evita la formación de bolsas de calor y de aire estancado.
- Suele tenerse todo el equipo en marcha mientras las luces están encendidas, y a intervalos fijados por el cultivador con un temporizador durante el periodo nocturno.
Nutrición
Otro aspecto fundamental es cómo vamos a alimentar a nuestras plantas. Principalmente, debemos elegir entre un cultivo orgánico o hidropónico. Cada técnica tiene sus fertilizantes y sustratos específicos que encontraremos en cualquier Grow Shop.
Cultivo orgánico:
- Tierra para cultivo de cannabis con pH ligeramente ácido.
- Fertilizantes sólidos o líquidos.
- pH del agua de riego: 6-6,8
- Temperatura del agua de riego: 20ºC
- EC del agua de riego: 1-1,6
Philosopher Seeds os cuenta en este post como prepara su mezcla de tierra para cannabis.
Cultivo hidropónico:
- Sustrato hidropónico (coco, arlita, mapito, roca volcánica, etc) con pH ligeramente ácido.
- Fertilizantes líquidos
- pH del agua de riego: 5,5-6,2
- Temperatura del agua de riego: 20ºC
- EC del agua de riego: 1,2-1,8
Materiales necesarios para un cultivo interior de marihuana
Para iniciarnos en el cultivo de marihuana en interior, éstos serán los materiales que no nos podrán faltar:
- Armario de cultivo
- Equipo de iluminación (balastro, reflector y bombilla)
- Equipo de ventilación (extractor, intractor, ventilador y filtro de carbono para eliminar olores)
- Termo-higrómetro
- Temporizadores para programar el fotoperiodo (horas de luz/oscuridad) y la ventilación
- Fertilizantes orgánicos o hidropónicos, con su correspondiente sustrato
- Macetas
- Semillas
Iluminación y cannabis
Normalmente, lo primero que debe decidir el cultivador es qué equipo de iluminación usará en función del espacio del que dispone. A no ser que este espacio sea realmente pequeño (caso en el que se usarían bombillas tipo CFL o equipos LED) la mayoría de cultivadores optan por las bombillas que mejor relación consumo/lúmenes ofrecen, ya sean HM (halogenuros metálicos) o HPS (sodio a alta presión).
La potencia y espectro de las bombillas utilizadas vienen también determinados según queramos que la planta crezca o florezca. Durante el crecimiento, las plantas de cannabis no tienen una gran demanda de intensidad lumínica, aunque sí de horas de luz diarias. Así pues, necesitaremos iluminarlas durante un mínimo de 18 horas de luz al día para asegurarnos un crecimiento constante y sin pausa. Para esta fase, las luminarias - siempre de espectro blanco/azul - más usadas son CFL, LED, fluorescentes clásicos o lámparas HM.
Durante la floración, y para conseguir buenos resultados en cuanto a rendimiento, la planta necesita un espectro algo más rojizo y mucha más intensidad lumínica, por lo que las lámparas más utilizadas para esta fase son las de vapor de sodio a alta presión (HPS), encendidas durante 12 horas al día y apagadas otras 12 horas ininterrumpidamente.
Como vemos, cuando cultivamos marihuana en interior somos nosotros quienes decidimos si las plantas crecen (18 horas de luz y 6 de oscuridad al día) o florecen (12 horas de luz y 12 de oscuridad al día), algo muy cómodo a la hora de planificar nuestros cultivos. Lógicamente, esto no es del todo así para las variedades autoflorecientes como White Yoda o Cheesy Auto, que deberemos cultivar con 20 horas de luz y 4 de oscuridad al día durante toda su vida.
Para tener la temperatura lo más estable posible, y aún teniendo un buen sistema de ventilación, se recomienda encender las luces durante la noche, que es siempre el periodo del día menos caluroso. En caso necesario, pueden usarse reflectores refrigerador por aire, que permiten rebajar la temperatura del armario 4-6ºC.
Para nuestro armario de 1,2 x 1,2 metros - y buscando siempre el máximo rendimiento - normalmente usaríamos una bombilla de 400w HM para crecimiento (18/6) y una de 600W HPS para floración (12/12).
Ventilar un cultivo de marihuana
Con la ventilación controlaremos el exceso de humedad producido por la tierra y las plantas y a la vez el excesivo calor provocado por la lámparas.
De esta manera, y teniendo en cuenta también que nuestras plantas necesitan respirar y tener un aporte constante de CO2 y O2 en el ambiente, renovar el aire de nuestro espacio de cultivo se hace imprescindible, más aún si podemos usar el equipo de extracción de aire para eliminar el intenso olor de las plantas en floración.
Usar un sencillo extractor de aire y un intractor de menor caudal que el primero suele ser suficiente para conseguir un ambiente propicio para nuestras plantas, con temperaturas y niveles de humedad adecuados y suficiente renovación de aire. Usar un ventilador que remueva el aire dentro del espacio de cultivo es también recomendable, pues evitamos que se formen bolsas de calor o de aire enrarecido. Para eliminar los olores del cultivo, simplemente conectamos un filtro de carbono - o un ozonizador tubular - al extractor de aire, de manera que éste se filtra antes de ser expulsado del armario/sala.
Normalmente, las plantas se desarrollan mejor con temperaturas cercanas a 20ºC con la luz apagada y unos 26-28ºC con la luz encendida. La humedad relativa debería ser de 60-70% en la fase de crecimiento y de alrededor de 50% durante la floración. La mayoría de cultivadores utilizan termo-higrómetros con lectura de mínima/máxima para monitorizar estos valores y temporizadores para apagar o encender la ventilación en función de dichas lecturas, aunque pueden usarse también unidades de control del clima que encienden y apagan el equipo de ventilación automáticamente según los parámetros que le hayamos introducido.
Como puede imaginarse, la potencia de nuestro equipo de ventilación deberá ser acorde al volumen de la sala de cultivo y al tipo y potencia del equipo de iluminación, pues parte de su función es eliminar el calor emitido por las bombillas y no sólo ser capaz de renovar el aire del espacio de cultivo en pocos minutos.
Para nuestro ejemplo, un armario de 1,2 x 1,2 metros con bombilla HM de 400W durante crecimiento y HPS de 600W durante floración, nos bastará con un extractor tubular (tipo RVK o PK) de 125mm de diámetro, un intractor en línea de 100mm y un ventilador de pinza de 15cm de diámetro.
Nutrición y substratos para plantas de marihuana
Tenemos el equipo de iluminación que mejor se adapta a nuestro espacio de cultivo, y hemos elegido ya una ventilación adecuada para éste. Nos falta ahora decidir qué tipo de cultivo queremos realizar. Aunque existen infinidad de técnicas y sistemas, empezaremos por lo básico, el cultivo orgánico, pues éste tipo de cultivo permite más errores por parte del cultivador novel y que, en nuestra opinión, mejor calidad ofrece.
Para realizar un cultivo orgánico tenemos varias opciones: comprar tierra ligeramente abonada - tipo Light Mix - a la que deberemos añadir nutrientes líquidos o sólidos al cabo de pocas semanas (2-3) o adquirir tierra abonada - tipo All Mix - para unos pocos meses (2-3), a la que apenas deberemos añadir nutrientes durante el cultivo, si acaso algún estimulador o potenciador.
Recordad que debéis regar cuando la tierra aún esté ligeramente húmeda, pero no mojada, y usar fertilizantes acordes con la fase en la que se encuentre la planta, crecimiento o floración. Os recomendamos leer el post siguiente para saber como regar marihuana en tierra.
En caso de tener que utilizar nutrientes extras aparte de los que ya lleva la tierra, podemos optar por abonos sólidos, que suelen mezclarse con el substrato cuando lo preparamos para llenar las macetas y funcionan estupendamente en cultivos de guerrilla y con plantas automáticas, o fertilizantes líquidos, que deberemos usar en cantidades moderadas en cada riego, perfectos para variedades con una floración moderadamente larga como pueden ser Jack el Frutero o SuperJuani. Sea como sea, la temperatura del agua de riego debería rondar los 20ºC, con un pH de 6,5. Si usamos fertilizantes líquidos y tenemos un medidor, debemos ajustar la Ec a 1-1,2 durante el crecimiento y a 1,4-1,6 durante la floración.
El cultivo de marihuana
Una vez tenemos esto claro y hemos montado el armario con los equipos de ventilación e iluminación, podemos ya llenar los tiestos con buena tierra, regar moderadamente y sembrar nuestras semillas de marihuana. Con un fotoperiodo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad al día, dejaremos crecer nuestras plantas durante 2-4 semanas, dependiendo de la variedad: 2-3 semanas para las más Sativas; 3-4 para las más Indicas como Black Bomb o Tropimango.
Cuando lleguen a una estatura adecuada, cambiaremos el fotoperiodo a 12/12, momento en el que las plantas empezarán su floración. Si tenemos suficiente espacio podemos trasplantarlas a un tiesto algo mayor en este momento, y recomendamos cambiar el abono de crecimiento por el de floración.
Un par de semanas antes de la cosecha, dejaremos ya de abonar la plantas regando sólo con agua hasta el final.
Esperemos que con estos consejos os atreváis a cultivar en interior. El esfuerzo habrá valido la pena cuando probéis el sabor inmejorable de vuestras propias flores.
Como el cultivo en casa, no hay nada.
¡Buen cultivo!