Cannabinoides sintéticos y semisintéticos: la polémica está servida

El uso de cannabinoides, ya hablemos dentro de un marco tanto medicinal como recreativo, ha aumentado de manera considerable durante los últimos años, en gran medida propiciado por la legalización en muchos lugares del principal cannabinoide psicoactivo de la planta, el THC. Por supuesto, el auge en el uso del CBD también ha hecho aumentar considerablemente la demanda por este cannabinoide, que hoy en día puede encontrarse en decenas de productos e incluso se publicita por medios como la televisión.

Sin embargo,  y como por desgracia suele suceder, siempre hay algún avispado emprendedor dispuesto a aprovechar la situación del mercado para lanzar algún nuevo y revolucionario producto, aunque éste sea de dudosa calidad. Esto es, precisamente, lo que ocurrió hace ya más de una década con la irrupción en el mercado de los cannabinoides sintéticos, presentados como una alternativa a los compuestos naturales producidos por la planta de cannabis cuando, en realidad, poco tenían en común.

El consumidor debe tener claro que riesgos entraña el uso de cannabinoides sintéticos
El consumidor debe tener claro qué riesgos entraña el uso de cannabinoides sintéticos

¿Qué es un cannabinoide sintético?

Los cannabinoides o fitocannabinoides son compuestos orgánicos (metabolitos secundarios) producidos de manera natural por la planta de cannabis, que quedan almacenados en las glándulas de sus tricomas. Por contra, los cannabinoides sintéticos son fruto de la actividad humana en el laboratorio. Se trata, pues, de compuestos químicos psicoactivos inspirados en los fitocannabinoides pero que nada tienen que ver con ellos, sustancias que tratan de imitar el efecto del THC pero a las que para nada pueden atribuírseles las propiedades de esta conocida y estudiada molécula.

Quizá recuerdes, hace ya más de 10 años, ciertas sustancias que se comercializaban en llamativos envases con nombres como Spice o K2. Bien, pues dentro de estos envases podías encontrar una mezcla de yerbas naturales a las que se había rociado con cannabinoides sintéticos, y que una vez fumada o vaporizada la mezcla producía potentes efectos sobre el usuario. Sin embargo, estos efectos son tan fuertes como impredecibles, presentando riesgos para el cerebro y el cuerpo muy superiores a los de la marihuana, pues pueden incluso poner en riesgo la vida de la persona consumidora.

En el momento de su aparición en el mercado, los cannabinoides sintéticos carecían de cualquier tipo de regulación, lo que no impidió que se comercializaran con llamativos diseños y como una alternativa legal a las sustancias que podían encontrarse en el mercado negro. Tras varios casos graves de intoxicación, las Autoridades trataron de regular (prohibir) estas sustancias, aunque con el tiempo los fabricantes vuelven a la carga con nuevas formulaciones que caen fuera de tales regulaciones, volviendo así al punto de partida. El pez que se muerde la cola.

Mezcla de yerbas secas rociadas con cannabinoides sintéticos contenida en una bolsa de K2
Mezcla de yerbas secas rociadas con cannabinoides sintéticos contenida en una bolsa de K2

El éxito de los cannabinoides sintéticos

A estas alturas, podrías estar preguntándote: "¿En serio la gente prefiere comprar esto antes que cultivarse su propia yerba?". La verdad es que el éxito de estas sustancias se explica por varios motivos, entre ellos el engaño. Si bien en muchos de los envases puede leerse que el contenido "no es apto para consumo humano", también es cierto que en muchas ocasiones se promete un producto natural, cosa del todo falsa: en los análisis realizados a estos productos siempre se ha encontrado lo mismo, una mezcla de yerbas naturales rociadas con sustancias químicas psicoactivas que previamente han sido disueltas en etanol o acetona para facilitar su aplicación sobre la materia vegetal.

La facilidad con la que pueden conseguirse, ya sea en tiendas físicas o directamente por internet, lo atractivo del diseño de sus packagings (totalmente orientados a un público joven y/o inexperto), la promesa de que se trata de sustancias legales con las que no deberíamos tener problemas con la policía y el hecho de que algunos test de drogas no los identifican fueron suficientes motivos para explicar el éxito de estos compuestos sintéticos. Así, y desconociendo en muchos casos lo que estaba tomando, a mucha gente le pareció la alternativa ideal a una sustancia como el cannabis, todavía ilegal en muchos países.

El auge en su consumo hizo que, en 2017, el EMCDDA o Centro Europeo para la monitorización de drogas y adicción a las drogas lo pusiera en su punto de mira, convietiéndose de esta forma en el mayor grupo de sustancias siendo estudiado y seguido por el Sistema de Alerta Temprana de la Unión Europea; sólo entre 2008 y 2015, este sistema había alertado sobre 160 cannabinoides sintéticos. Y, como veremos más adelante, todavía estaban por irrumpir en el mercado los llamados cannabinoides semisintéticos.

Seguro que los encargados de marketing dan con el diseño que llame tu atención
Seguro que los encargados de marketing dan con el diseño que llame tu atención

¿Cómo se consumen los cannabinoides sintéticos?

Normalmente, el contenido de estas bolsas es tratado exactamente igual que la marihuana; puede liarse en cigarrillos para fumarse como un porro tradicional, tomarse como si de una infusión de cannabis se tratara, fumarlo en un bong o incluso usando un vaporizador para hierbas. Básicamente, y al tratarse de hierbas secas, puede utilizarse exactamente igual que un cogollo de cannabis desmenuzado con un grinder.

Pero los cannabinoides sintéticos también pueden encontrarse en formato líquido, comercializado en pequeños botellines o frascos. En este caso, pueden utilizarse junto a un cigarrillo electrónico como si de un eliquid se tratara. En algunos casos incluso se toma por vía oral, mezclado con alguna bebida o producto similar.

Efectos y propiedades de los cannabinoides sintéticos

Como ya hemos visto, si bien los efectos de estas sustancias podrían ser comparables con los del THC presente en el cannabis (esa, al menos, es la intención de los fabricantes), a la hora de la verdad no cuesta darse cuenta de que se trata de compuestos que entrañan bastante más peligro que el del principal cannabinoide psicoactivo de la planta.

Al igual que los fitocannabinoides, estos compuestos se unen a los receptores cannabinoides CB1 y CB2 de tu cuerpo, pero con una diferencia significativa: su efecto puede ser entre 2 y 100 veces más potente que el del Delta-9 THC. Y te aseguramos una cosa: en cuestión de sustancias psicoactivas, un efecto más potente no tiene por qué significar una mejor experiencia, ni mucho menos. De hecho, es precisamente por esta "potencia sin control" por lo que, si decides tomar cannabinoides sintéticos, tienes 30 veces más riesgo de acabar en Urgencias con una intoxicación grave que con el cannabis. Además, y dada su naturaleza, el efecto de estas sustancias puede durar bastante más que el del THC, aumentando más todavía el riesgo de intoxicación. Y mucho cuidado: sólo en Inglaterra se registraron 165 muertes por el uso de estas sustancias entre 2012 y 2019; te juegas algo más que pasar un mal rato.

No todo son malas noticias; desde 2006, un compuesto sintético análogo del THC llamado Nabilona se comercializa como medicamento contra náuseas y mareos, siendo muy utilizado en tratamientos de quimioterapia
No todo son malas noticias; desde 2006, un compuesto sintético análogo del THC llamado Nabilona se comercializa como medicamento contra náuseas y vómitos, siendo muy utilizado en tratamientos de quimioterapia

En general, se busca que los cannabinoides sintéticos tengan efectos parecidos a los del THC, entre los que encontramos:

  • Euforia
  • Mejora del estado de ánimo
  • Alteración de la percepción
  • Aliviar ansiedad o estrés

No obstante, y puesto que están lejos de ser las sustancias milagrosas que quieren aparentar ser, los cannabinoides sintéticos comparten los efectos secundarios indeseables de cannabinoides como el THC, que pueden ser:

  • Ansiedad
  • Paranoia
  • Psicosis
  • Confusión
  • Vómitos y mareos

La elevada potencia de los cannabinoides sintéticos les otorga una serie de efectos adversos muy poco comunes (o, directamente inéditos) en comparación con el consumo de THC, como son:

  • Daños en el riñón
  • Convulsiones y pérdida de conciencia
  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Pensamientos suicidas
  • Actitud violenta

En caso de sobredosis o intoxicación grave, puede darse un aumento de la presión arterial, una disminución de flujo sanguíneo al corazón, convulsiones, daño a los riñones y, por desgracia y en los casos más graves, la muerte.

Cannabinoides semisintéticos: HHC

Recientemente, un nuevo cannabinoide ha aparecido en el mercado listo para ser consumido de las formas más diversas, desde cogollos de plantas de CBD rociados con él hasta todo tipo de comestibles y líquidos para vapear. Se trata del HHC o hexahidrocannabinol, un compuesto que puede encontrarse en las semillas de cannabis y también en su polen que tiene propiedades muy parecidas al famoso THC (Delta-9 THC) y a los no tan conocidos Delta-8 THC y Delta-10 THC, con una potencia que se situaría entre el Delta-9 y el Delta-8 THC.

Hasta aquí todo bien, un nuevo cannabinoide natural disponible para el usuario. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que el HHC presente en toda esta amplia gama de productos no proviene de la planta, ni del polen ni de sus semillas. Te lo explicamos: en efecto, es cierto que puede encontrarse HHC en estas partes de la planta, pero no es menos cierto que se encuentra en cantidades ínfimas, que serían insuficientes para producir todo el HHC comercializado hoy en día.

Así, la única manera de producir HHC a gran escala es en el laboratorio, mediante un proceso llamado hidrogenación y gracias al cual se consigue HHC a partir de otros cannabinoides (como el Delta-8 THC) o de extractos de la planta. Por eso se habla de un cannabinoide semisintético.

Algunos de los cannabinoides sintéticos más utilizados: a) "HU-210" es un cannabinoide sintetizado en Israel en 1988 unas 100 veces más potente que el THC, b) CP-47, 497, desarrollado como analgésico por Pfizer en los 80 y c) JWH-018, perteneciente a la familia de los aminoalquilindoles
Algunos de los cannabinoides sintéticos más utilizados: a) "HU-210" es un cannabinoide sintetizado en Israel en 1988 unas 100 veces más potente que el THC, b) "CP-47, 497", desarrollado como analgésico por Pfizer en los 80 y c) "JWH-018", perteneciente a la familia de los aminoalquilindoles

Según los fabricantes y testimonios, sus efectos son algo más suaves que los del THC, y además se ha observado que se trata de una sustancia mucho más estable y menos propensa a sufrir degradaciones a causa del calor o el paso del tiempo que el THC, lo que sin duda supone una gran ventaja en términos comerciales. Y, como sucede con los cannabinoides sintéticos, cae fuera de cualquier tipo de regulación (por el momento) y muchos test de análisis de presencia de drogas no lo detectan. ¿Parecería que son todo ventajas, verdad?

Pues la verdad es que no existen apenas estudios científicos o clínicos sobre esta molécula, sintetizada por vez primera en 1944, ni sobre su toxicología, ni sobre su dosificación...sí, es verdad que hubo un momento en el que no teníamos los estudios sobre, por ejemplo, el CBD que tenemos hoy en día, pero nunca está de más ser cautos, especialmente con sustancias psicoactivas que pueden afectar directamente a importantes procesos cerebrales.

Seguramente no hace falta que te lo digamos, pero para nosotros la cosa está más que clara...ya te guste el THC, el CBD, o un ratio equilibrado de cannabinoides, nada como una buena flor 100% natural y cultivada por uno mismo!

Feliz cosecha!


Referencias:

  • Synthetic cannabinoids, UNODC (United Nations Office on Drug and Crime)
  • Cannabinoides sintéticos, NIDA (National Institute on Drug Abuse)
  • Cannabinoides sintéticos en Europa, EMCDDA (European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction)
  • Synthetic Cannabinoid-Related Deaths in England, 2012-2019, Pruntha Yoganathan, Hugh Claridge, Lucy Chester, Amir Englund, Nicola J Kalk, Caroline S Copeland

Comentarios en “Cannabinoides sintéticos y semisintéticos: la polémica está servida” (1)

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Break 19-01-2024
Quiero comprarla

Philosopher seeds Staff

Ruben Philosopher Seeds 22-01-2024

Hola Break, 

Gracias por confiar en Philosopher Seeds,

Solamente vendemos semillas, tienes gran una gran variedad en el catálogo de la web.

 

saludos

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