Cultivo de cannabis y orugas
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El cultivo de cannabis en exterior enfrenta varios desafíos, y entre las plagas más problemáticas se encuentran, como seguramente sepas, las orugas. Estas larvas de polillas y mariposas se alimentan activamente de hojas, tallos y cogollos, causando daños estructurales y estéticos que afectan directamente la salud y productividad de la planta, además de atraer a hongos como la temida botrytis.
La exposición a entornos naturales facilita la llegada de esta plaga, que suele incrementarse durante los meses más cálidos. Además de su impacto visual y físico, las orugas pueden provocar enfermedades secundarias en las plantas debido a las heridas que dejan, que abren la puerta a infecciones causadas por virus u hongos. Hoy te explicamos cómo actúa esta amenaza para tus plantas y qué puedes hacer para mantenerla bajo control.
Reproducción de las orugas y ciclo de vida
Las orugas son la fase larval de distintos tipos de lepidópteros (mariposas y polillas). El ciclo de vida comienza cuando los adultos ponen sus huevos en las hojas de las plantas de cannabis. Después de varios días, los huevos eclosionan y las larvas emergen. En esta fase, la oruga comienza a alimentarse agresivamente para desarrollarse rápidamente, etapa que puede durar semanas, dependiendo de la especie y la temperatura ambiental.
Al alcanzar su madurez, las orugas se transforman en pupas y completan su metamorfosis en adultos. Comprender su ciclo es esencial para programar acciones de prevención y control en el momento adecuado, pues a menudo si esperas a tratar la plaga cuando ésta ya se ha establecido es bastante más difícil erradicarla; como siempre te decimos, la prevención es clave, y más aún con esta plaga en cuestión.
Daños de las orugas a la planta de cannabis
Las orugas generan daños significativos en las plantas de cannabis, especialmente porque tienden a comer tejidos vitales como las hojas y los tallos. Esta actividad reduce la capacidad fotosintética de la planta y la debilita, ralentizando el crecimiento y afectando el desarrollo de los cogollos. En el caso de las flores, el daño es directo y se observa en perforaciones y tejidos masticados que afectan la calidad de la cosecha además de atraer diversas infecciones como la botrytis, tal como ya hemos visto.
Los residuos orgánicos que las orugas dejan en las plantas también son peligrosos, ya que pueden fomentar el crecimiento de hongos y bacterias perjudiciales para el cannabis, causando enfermedades secundarias que pueden comprometer el cultivo entero.
Prevención de la aparición de orugas
Para prevenir la llegada de orugas en un cultivo de cannabis exterior es importante implementar diversas estrategias. Las barreras físicas, como las mallas finas sobre las plantas, son una de las soluciones más efectivas, ya que impiden que las polillas depositen sus huevos en las hojas. Otra opción preventiva es el uso de plantas repelentes en los alrededores, como el romero y la menta, cuyos olores disuaden a los insectos. Además, el mantenimiento de un entorno biodiverso en el jardín ayuda a atraer a depredadores naturales de las orugas, como las avispas parasitoides.
Mantener el área de cultivo limpia, libre de restos vegetales y materiales orgánicos que puedan atraer insectos, también reduce significativamente el riesgo de infestaciones. Y, como veremos a continuación, el uso de productos como el BT (Bacillus Thutingiensis) también representan una excelente opción para prevenir y tratar esta molesta plaga, aunque ya te lo avanzamos: para que sea realmente eficaz, hay que empezar el tratamiento durante la prefloración de las plantas.
Prevención de plagas en el cultivo de marihuana
La prevención de plagas en el cultivo de cannabis es fundamental para conseguir abundantes cosechas de cogollos de primera calidad libres de insectos u hongos patógenos. Tomando una serie de sencillas medidas preventivas, podemos asegurarnos de que nuestras plantas llegarán al final de la fase de floración en perfectas condiciones y listas para la cosecha. En este artículo nos centraremos en este crucial aspecto y veremos cuáles son los productos más utilizados y cómo hacerlo.
Combatir una plaga de orugas
Si las orugas ya se han establecido en el cultivo, existen varios métodos para combatirlas sin comprometer la calidad de la cosecha. Uno de los tratamientos más efectivos y orgánicos, y que ya hemos visto, es el uso de Bacillus thuringiensis (Bt), una bacteria que, al ser consumida por las orugas, causa infecciones intestinales letales sin afectar a otros organismos ni a los humanos.
Además, los aceites esenciales, como el aceite de neem, son repelentes naturales que pueden aplicarse directamente en las plantas para ahuyentar a las orugas y reducir su reproducción. La inspección manual también es importante: retirar orugas a mano o con pinzas permite mantener el control sin necesidad de recurrir a químicos. Los insecticidas biológicos son una opción, aunque te recomendamos utilizar productos específicos para cannabis que no alteren su sabor, y respetando siempre los plazos de seguridad.
Este enfoque en la prevención y el control te permitirá manejar eficazmente una plaga de orugas, protegiendo tus plantas de daños severos y manteniendo un cultivo saludable y productivo.
¡Feliz cosecha!