Cómo eliminar el olor de un cultivo de cannabis
Lista de contenidos
Sin lugar a dudas, una de las grandes ventajas del cultivo de marihuana de interior es la posibilidad que ofrece este sistema de eliminar el olor que desprenden las plantas, que se vuelve realmente intenso durante su floración. Para muchos amantes de esta planta, el cultivo de interior es la única opción viable precisamente porque así pueden eliminar el olor de las plantas, que rápidamente delata su ubicación - tanto a vecinos, ladrones como agentes de la ley - en caso de ser cultivadas en exterior.
A continuación haremos un repaso a los métodos más utilizados en cultivos de interior para eliminar el olor de las plantas de marihuana. Como veréis existe un buen número de posibilidades, algunas más efectivas que otras. Aún así, utilizando el sistema anti-olor correcto podréis libraros del intenso olor de vuestras plantas por completo, algo imprescindible para no tener contratiempos con terceros que podrían llevaros a asuntos tan graves como robos o denuncias. Recordad siempre que un cultivo de interior no debe tener jamás fugas de luz u olor al exterior, pues son los principales indicios que pueden llevar a posteriores investigaciones (además de lo molesto que acaba resultando!).
Métodos para eliminar el olor de los cultivos de cannabis
En nuestro artículo sobre cómo ventilar un cultivo de marihuana ya os hablamos de algunos sistemas para la eliminación de olores de cannabis. Repasemos ahora con algo más de detalle los métodos más comunmente utilizados por cultivadores de todo el mundo, especialmente dada su alta eficiencia y relativo bajo coste (sobre todo en comparación al riesgo que comporta prescindir de ellos). Como veréis, podríamos dividir dichos sistemas en dos grupos, los que eliminan o retienen el olor y aquellos que liberan intensos aromas para camuflar otros olores indeseados.
Filtro de carbón activo
Con toda probabilidad se trate del método más usado en la comunidad de cultivadores de marihuana. Dado que un cultivo de interior necesita una correcta renovación del ambiente, y puesto que para ello es imprescindible un extractor de aire, el uso de filtros de carbono es especialmente popular, pues para su debido funcionamiento necesitan de un extractor que haga pasar aire a través de él.
El principio es sencillo: el extractor y los conductos fuerzan y dirigen el paso de aire desde el interior del espacio de cultivo hacia el exterior. Poniendo un filtro de carbono en el inicio o final de este circuito de aire hacemos que el aire pase a través del filtro antes de ser finalmente evacuado, con lo que nos aseguramos que éste se encuentre siempre libre de olores. En casos especiales, como cultivos de grandes dimensiones o con plantas especialmente aromáticas como Lemon OG Candy o Cheesy Auto, pueden llegar a requerirse dos filtros de carbono, situados uno en cada extremo del circuito de aire. Se comercializan también fitros que van situados en medio del circuito y que resultan estupendos para un doble filtrado eficiente y fácil de montar.
Si, como la gran mayoría, optáis por este sistema, recordad varios aspectos fundamentales: primero, los filtros de carbono tienen una vida limitada. En su interior hay pellets de carbón activo con miles de micro-poros. Estos poros atrapan las partículas aromáticas y quedan "ocupados" por éstas, atrapándolas. Dichos poros no vuelven a vaciarse, por lo que tarde o temprano (dependerá de la calidad y horas de uso del filtro) perderá efectividad. En un cultivo continuado, esto suele suceder a los 18-24 meses.
Segundo, tened en cuenta que cada filtro tiene una capacidad determinada (expresada en metros cúbicos por hora, o m3/h) que debe adecuarse a la del extractor de aire (siendo la de este último algo inferior para que éste no trabaje "ahogado"). Además, lógicamente la efectividad de este sistema depende al 100% de que el extractor de aire esté encendido. En caso de apagarse, se perderá la presión negativa en el interior del espacio de cultivo, por lo que los olores empezarán a escapar por cualquier abertura y en pocas horas podrán olerse las plantas en todo el ambiente exterior de dicho espacio.
Y un último consejo: los filtros de carbón activo ven disminuida su vida útil en gran medida en caso de estar filtrando aire con una humedad relativa superior al 75%, pues los micro-poros quedan ocupados tanto por partículas aromáticas como por partículas de agua, perdiendo su capacidad de almacenaje más rápidamente que en caso de estar filtrando un aire más seco.
Ozonizadores
Los ozonizadores son otra opción eficiente para eliminar olores no deseados, aunque más cara y con mayor mantenimiento que la anterior. Estos aparatos generan gas ozono (O3) mediante descargas eléctricas que activan el oxígeno presente en el aire. Además de aportar oxígeno extra al ambiente, eliminan los olores y microbios en la sala.
A menudo encontramos cultivadores con un armario en una habitación de su casa, o con un cultivo que ocupa una habitación entera. Los más quisquillosos montarán un filtro de carbono en el sistema de renovación de aire del cultivo, y además utilizarán un ozonizador de pared fuera del cultivo, en la habitación o pasillo contiguo a éste. De esta forma se aseguran que el olor que sale al exterior se filtra con el carbón activo y el que pueda escapar al interior de la vivienda se elimine gracias al ozono.
Existen también ozonizadores tubulares que pueden conectarse al circuito del aire de la misma forma que un filtro de carbono, funcionando con una eficiencia parecida, también encaso de dobles filtrados. Aún así, resultan más caros y requieren de mantenimiento, por lo que la mayoría de gente escoge el carbón activo.
Geles, bloques anti-olor, aceites esenciales y otros
Podemos optar también por el uso de los diversos geles o bloques anti-olor disponibles en el mercado. Suelen situarse en medio del circuito de aire (o al final), y gracias a su intenso olor camuflan el de las plantas. La mayoría de ellos disponen de cómodos acoples donde depositarlos que se conectan a los tubos de ventilación fácilmente. Si bien no son tan efectivos como los dos anteriores, especialmente en caso de plantas particularmente aromáticas en floración, sí representan una manera sencilla y barata de librarnos del olor que desprenden este tipo de plantas incluso durante la fase de crecimiento, es decir, para el mantenimiento de plantas madre, etc.
Dejando de lado estos sistemas, los más populares, podemos encontrar también un número considerable de opciones alternativas, normalmente más baratas aunque también menos efectivas: liberadores de aceites esenciales, calentadores de pastillas o discos anti-olor, sprays ambientadores y un largo etcétera. Aún así, si bien estos sistemas quizá no nos sirvan para el cultivo pueden ser realmente efectivos para ambientar la vivienda donde se cultiva o consume, especialmente si no se utiliza un vaporizador y se fuma.
Como podéis ver tenemos un buen número de opciones disponibles, todas ellas aptas para librarnos de este gran problema para muchos que es el olor a marihuana. Una vez más os aconsejamos su uso, dejar que todo el vecindario huela nuestro cultivo de interior puede ser extremadamente arriesgado, y no merece la pena correr ese riesgo por ahorrarse la inversión que pueda representar uno de estos sistemas.
Felices cultivos!