Los 7 errores más comunes al secar marihuana
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Tras meses dándoles todos los cuidados necesarios a nuestras plantas, por fin llega la hora de la cosecha. Sea cual sea la variedad de cannabis que cultivéis, probablemente querréis secarla antes de consumirla. Si bien puede parecer una fase poco importante (lo más difícil ya ha terminado!), un correcto secado de las plantas es fundamental para disfrutar de la mejor calidad posible, de la misma forma que un secado inadecuado puede arruinar nuestros esfuerzos...y nuestra cosecha!
En nuestro post sobre secar y curar la marihuana ya os dimos las bases para realizar un secado perfecto de las plantas. En este artículo nos vamos a centrar en los errores más comunes a la hora de secar nuestros preciados cogollos, errores que como decimos pueden dar al traste con las flores que hemos estado cuidando durante meses. Veamos pues cuáles son los errores típicos al secar marihuana.
No mirar el color de los tricomas
Observar detenidamente el color de los tricomas es crucial para cosechar las plantas en su punto óptimo, con el máximo contenido posible de cannabinoides, terpenos, flavonoides, etc. Durante la floración, dicho color va cambiando de transparente a lechoso a medida que las cabezas glandulares de los tricomas se llenan de compuestos, para terminar de un precioso color ámbar.
Nomalmente, el mejor momento para cosechar es con una gran parte de tricomas lechosos, y una pequeña proporción mostrando ya tonos ambarinos. En este momento el contenido en cannabinoides y terpenos es máximo, por lo que el sabor, aroma y efecto de los cogollos estarán también en su cénit. Este es pues el primer paso para conseguir un producto de calidad, que redondearemos durante el proceso de secado.
Cosechar con sustrato húmedo
Una vez sabemos que estamos en el punto óptimo de cosecha, llega la hora de cortar las plantas. Un error común, que puede retrasar varios días el secado, es cosechar las plantas cuando el sustrato está húmedo, o lo que viene a ser lo mismo, cuando el contenido en agua dentro de los tejidos de la planta es máximo. Así, y para obtener cogollos correctamente secados en el menor tiempo posible, lo mejor será cosechar las plantas cuando lleven al menos un día con el sustrato seco y su contenido en agua sea por lo tanto menor.
De la misma forma, si queremos acelerar el secado lo mejor será manicurar la marihuana a conciencia antes de ponerla a secar, retirando también todos los trozos de tallo que nos sea posible. Lógicamente, cuanta menos masa vegetal se ponga a secar, más rápido será el proceso de secado de los cogollos.
Manipular demasiado los cogollos
Ya sea cuando cortamos las plantas o durante el proceso de manicurado (también al ponerlas a secar), es muy importante no manipular en exceso las flores. Las cabezas de los tricomas - donde se producen y almacenan los diversos compuestos que dan a la marihuana su sabor y efecto - son muy delicadas, y pueden romperse con facilidad si tocamos los cogollos en exceso.
Precisamente, cuando se hace charas se frotan las flores frescas hasta conseguir una gruesa capa de resina (hachís) adherida a las manos. Esto precisamente es lo que queremos evitar si queremos conservar nuestros cogollos en perfecto estado!
No retirar partes infectadas de la planta
Una vez nos dispongamos a manicurar, o a poner a secar directamente en caso de querer manicurar cogollos ya secos, debemos observar con mucho cuidado cada cogollo en busca de infecciones, especialmente hongos como la botrytis o el oídio. En caso de poner a secar una planta con algún tipo de infección fúngica, es posible que ésta se extienda durante el secado, por lo que nos podemos encontrar la desagradable sorpresa de acabar con buena parte de la cosecha infectada.
Nivel de humedad en el secadero incorrecta
Ya tenemos nuestras flores cortadas, manicuradas, y listas para poner a secar. No obstante, debemos tener en cuenta que el nivel de humedad relativa dentro del secadero va a determinar tanto la velocidad del secado como la calidad de éste. Queremos un secado lento y uniforme, sin picos en la temperatura o en la humedad dentro del armario de secado, que deberían ser lo más constantes posible.
La humedad ideal para secar marihuana es del 50-60%. Un valor menor probablemente hará que las plantas se sequen demasiado rápido, mientras que si es más elevado pueden surgir problemas con hongos y puede también eternizarse el proceso de secado.
Ventilación en el secadero inadecuada
Como acabamos de mencionar, y a parte de mantener un nivel de humedad adecuado, es importante evitar que el aire dentro del secadero se pueda viciar. Muchos cultivadores utilizan su armario de cultivo como secadero, dejando el sistema de ventilación del cultivo encendido durante el proceso de secado. De esta forma, se consigue una correcta circulación del aire en el interior, y si además se tiene instalado un filtro de carbono se evita el intenso olor de las plantas.
Puede instalarse también un pequeño ventilador para ayudar a que el aire circule y evitar la formación de bolsas de aire o humedad, aunque es recomendable que éste no apunte directamente hacia la materia vegetal que queremos secar. Ello podría provocar un secado demasiado rápido sólo en algunas zonas de las plantas, y como sabemos lo que queremos es un secado lento y uniforme.
Temperatura y luz en el secadero
Tal y como sucede con la humedad, una temperatura incorrecta puede dar al traste con nuestras flores, al igual que secarlas con luz. Temperaturas de más de 25 grados pueden secar la planta demasiado rápido, siendo unos 18-20 grados celsius una temperatura ideal para tal propósito. Por otro lado, si secamos las plantas con luz ésta degradará parte del contenido de los tricomas, mermando la calidad final de los cogollos.
Lo ideal es secar las plantas en un lugar relativamente fresco, correctamente ventilado y oscuro. Así evitaremos gran parte de los factores que pueden hacer que el secado no sea de auténtica calidad.
Esperamos que este artículo os ayude a conseguir unos cogollos de la mejor calidad. Un último y útil consejo: si tenéis cogollos demasiado secos, podéis meterlos en un bote hermético con unas cuantas hojas frescas de yerba (o algún otro vegetal). De esta forma los cogollos recuperarán humedad, que absorberán de las hojas. Cuando estén en su punto sólo tenéis que retirar las hojas y empezar el proceso de curado.
Podéis dejarnos aquí vuestras dudas o consejos, estaremos encantados de responderos!
Saludos!