Cómo prevenir y tratar el mildiu en la marihuana

Los hongos que provocan el mildiu suelen aparecer cuando hay demasiada humedad, en aquellos lugares donde no llega la luz del sol o cuando las plantas están muy pegadas unas con otras. Estos microorganismos también afectan a otras plantas, ya que la enfermedad conocida como mildiu es producida por gran cantidad de especies fúngicas, tanto de hongos propiamente dichos como de los llamados protistas fungoides (mohos que se asemejan a los hongos verdaderos, pero que en realidad no están emparentados con ellos).

Se trata de patógenos bastante especializados, con varias especies específicas del huésped. Esto significa que el tipo de hongo que infecta un tipo de planta puede no ser la misma especie de hongo que afecta a otra planta, aunque los síntomas pueden parecer los mismos. Las esporas de mildiu se propagan fácilmente a través del desplazamiento del viento y el movimiento del aire, aunque pueden trasladarse por plagas de insectos que se mueven de una planta a otra. A medida que las esporas se depositan en una planta huésped, pueden germinar e infectar en tan solo de ocho a 12 horas si la planta o sus hojas están mojadas.

Algunos de los patógenos más comunes que provocan mildiu son del género Peronospora, Plasmopara o Pseudoperonospora. Así, además de dañar al cannabis, pueden afectar a plantas como la patata, el tabaco, calabazas y sobre todo a las vides, entre otros vegetales con interés comercial. De hecho, la especie de hongo Plasmopara viticola o mildiu de la vid apareció en Europa en torno en 1878. La introdujeron los franceses al importar variedades de vid de América resistentes a la filoxera (un insecto parásito similar al pulgón). Lo malo es que estas cepas eran también hospedadoras del hongo, que hoy constituye un serio problema para los agricultores.

Diferencias entre mildiu y oídio

El mildiu no debe confundirse con el oídio, que es otra infección fúngica común en las plantas de cannabis. La principal diferencia entre las dos es que, mientras que el oídio produce manchas blancas de aspecto polvoriento en la superficie de las hojas (así como en ramas y frutos), el mildiu genera manchas amarillas en la superficie y de color blanco en la parte posterior.

El oídio en el cultivo de marihuana

El oídio es un hongo patógeno que ataca a un gran número de especies vegetales, entre ellas el cannabis. Conocer esta plaga es básico para poder prevenirla y tratarla, así que hemos preparado este post para que os ayude a identificar una infección de oídio y saber cómo proceder en caso de encontrar rastros de este hongo en nuestras plantas.

Otra diferencia es que el mildiu ocurre durante un clima relativamente fresco (10-25 °C) y húmedo (85% de humedad), a diferencia del oídio que se produce durante un clima más cálido (15-28º C) y más húmedo (por ejemplo, con una humedad nocturna del 90-99%). Las hojas mojadas también puede ser un microclima suficiente para germinar esporas e infectar al cannabis. El mildiu puede convertirse en un patógeno sistémico que coloniza toda la planta, pero afortunadamente no es necesariamente letal con la prevención y el tratamiento adecuados.

Síntomas y causas del mildiu

El mildiu puede estar incubándose en tus plantas durante algún tiempo antes de que se note. A diferencia del oídio, el mildiu no permanece en la superficie, sino que crece sigilosamente en el interior. Este depredador de vegetales también puede permanecer en la planta durante largo tiempo sin manifestarse (especialmente durante el invierno) antes de activarse y atacar cuando llega la primavera o el verano. Esta es la razón por la que el mildiu puede ser tan complicado: nunca se sabe cuándo está al acecho y esperando el momento perfecto para surgir. Por eso es una de esas enfermedades fúngicas que es mejor prevenir desde el principio.

La enfermedad produce el crecimiento de hifas (filamentos cilíndricos que conforman la estructura del cuerpo de los hongos multicelulares) en los tejidos de la planta e infectan de esta manera las hojas, los tallos e incluso los frutos. Debido a este comportamiento, característico de los endoparásitos, a menudo no podemos detectar su presencia hasta que las partes aéreas de la planta muestran ya signos externos de los daños, que generalmente aparecen primero en la parte inferior de las hojas en forma de crecimientos borrosos o esponjosos, como una pelusilla de color blanquecino o gris azulado (dependiendo del patógeno) en el envés de las hojas, que es la señal de que las esporas ya están allí.

En presencia de agua de riego reciente, lluvia o niebla espesa, las esporas germinarán en cuatro horas. Por debajo de los 5 °C, las esporas no germinan y mueren si se exponen a temperaturas de 27 °C durante 24 horas; por tanto, los días secos, cálidos y despejados inhiben la producción de esporas.

Una vez que las esporas se desarrollan en el envés de las hojas, después de un tiempo, la parte superior de estas hojas puede desarrollar pequeñas manchas translúcidas de color verde pálido o amarillo. Si estas manchas no se tratan, dejan una lesión de color gris a su paso, síntoma de necrosis, que continuarán por el resto de la planta. En las siguientes etapas de la infección, las partes afectadas se secan y mueren, lo que se traduce en una caída inexplicada de las hojas y, por tanto, en una reducción de la producción y calidad de nuestro cultivo de cannabis.

El mildiu también puede atacar a los tallos, identificándose como una mancha marrón muy característica. Afecta sobre todo a tallos no leñosos, que pueden terminar marchitándose y muriendo. En el peor de los casos, puede terminar secándo la planta entera si el ataque se produce en el tallo central, por lo que si no se controla y las condiciones climáticas no cambian o no se abordan, eventualmente, la planta morirá.

Prevención del mildiu en el cultivo de marihuana

Para prevenir el mildiu, es necesario saber que habitualmente prospera en aquellos lugares donde da poco el sol (o mal iluminados), en zonas frías, húmedas, con sombra y poca ventilación; aunque también lo hace por exceso de nitrógeno en la nutrición, por el abuso de tratamientos químicos o directamente por la pobreza genética de las plantas. Y como con muchas enfermedades fúngicas, las medidas preventivas son preferibles al tratamiento, por eso deberás estar atento a estos factores.

Limpieza

Si bien el clima no se puede controlar, las condiciones que favorecen la formación de cualquier moho sí se pueden. Cualquier área de plantación, nueva o existente, debe limpiarse para eliminar los restos de plantas. Muchos tipos de esporas pueden pasar el invierno en los desechos del jardín y emerger aparentemente de la nada en la temporada siguiente. Algunos hongos que provocan mildiu pueden sobrevivir al clima frío; otros pueden ser transportados por el viento y los insectos de climas más cálidos. Esto significa eliminar las hojas muertas y siempre tener una limpieza exquisita de tu cuarto de cultivo o cultivo de exterior.

Esterilización

Si estás cultivando en interior, también existen otros parámetros de desinfección para mantener a raya al mildiu. Por ejemplo, intenta dentro de lo posible que otras personas no visiten tus plantas. Tampoco dejes a tus mascotas deambular por allí para evitar insectos que puedan portar esporas. Lávate bien las manos antes y después de entrar en la plantación. En la proximidad de tu niñas, lleva ropa especial que solo utilices para ellas. Y esteriliza las herramientas después de cada uso; por ejemplo, las tijeras de podar.

Espacio

Si es posible, debes tomar ciertas medidas respecto al espaciado de las plantas para evitar una invasión de mildiu. Cuando plantes o trasplantes tus plantas, asegúrate de que tengan suficiente amplitud. Si se plantan muy juntas, la probabilidad de que aparezca mildiu es significativamente mayor.

Ventilación

Asegurarse de que haya suficiente flujo de aire entre las plantas es fundamental para ayudar a evitar problemas de hongos de todo tipo. Para plantas maduras, vigila que las ramas inferiores y las hojas no toquen el suelo, eliminando todas las ramas muertas o dañadas sin importar su ubicación. Para plantas demasiado densas, pero sanas, haz algunas podas periódicas para asegurarte de que haya una buena circulación de aire entre las ramas. En interior, situar un ventilador oscilante en el área puede ayudar, puesto que el movimiento constante del aire baja la humedad e impide la aparición de los hongos. Sin embargo, cuando el mildiu ya existe lo mejor es evitar el aire, que ayuda a diseminar las esporas.

Riego

Dado que esta enfermedad se desarrolla en ambientes húmedos, se debe tener cuidado al regar las plantas, lo que debe hacerse durante las partes cálidas del día para que el exceso de humedad tenga la oportunidad de evaporarse. También hay que tener en cuenta que la fertilización foliar puede causar un nivel excesivo de humedad durante la noche, por lo que es preciso eliminarla si fuera necesario. Además, hay que evitar mojar las hojas al regar y protegerlas del agua del rocío; o vigilar si hay precipitaciones seguidas de días cálidos, pues estas condiciones favorecen la germinación de las esporas. Por todas estas razones, es aconsejable controlar concienzudamente la humedad ambiental y la ventilación de nuestro cultivo de cannabis.

Tratamientos preventivos para frenar el mildiu

Existen algunos tratamientos de origen natural que son preventivos contra el mildiu. Un ejemplo es la utilización especies vegetales con propiedades antisépticas, como la manzanilla o el ajo, disueltas en agua y pulverizadas sobre las plantas. Fungicidas como el oxicloruro de cobre y los compuestos conocidos como ditiocarbamatos también se usan habitualmente. Y también son muy efectivos los preventivos orgánicos, como las sales de cobre o el caldo Bordelés (cal apagada+sulfato de cobre), un invento tradicional de los agricultores franceses para controlar infecciones por hongos y bacterias parásitas. Si se prepara bien, es un fungicida resistente hasta a la lluvia, pues se adhiere a la planta fuertemente.

Soluciones para tratar una infección por mildiu

Para detectar el mildiu a tiempo es necesario, entre otras cosas, inspeccionar de forma habitual las hojas y las partes inferiores de las plantas. Si se aprecia alguna zona dañada será necesario suprimirla y, en caso de que sea una planta entera o varias, se deben alejar del resto del cultivo. En el caso de que no hayamos evitado la infección con ninguno de estos métodos preventivos y encontremos síntomas de que un cultivo de cannabis tiene mildiu, la única opción para evitar la destrucción es actuar rápidamente aplicando algún producto especializado en combatir esta enfermedad.

Existe en el mercado varios tipos de compuestos fungicidas para acabar con el mildiu; mientras que unos actúan por contacto, sobre los tejidos vegetales (como pueden ser ​​el Climoxanilo, el Clortalonil o el Imazalil) otros son sistémicos (Metalaxil, Triadimenol o el Miclobutanil), es decir, se aplican solo en una zona donde son absorbidos para distribuirse después por toda la planta. En cualquier caso, es muy importante leer antes las condiciones de uso de todos estos químicos, pues una mala aplicación podría causar daños al cultivo, a las personas o no surtir el efecto esperado. Por eso siempre recomendamos utilizar fungicidas orgánicos en la medida de lo posible.

Con tal variedad de estrategias preventivas, prácticas y fáciles de implementar, el mildiu no tiene por qué ser un flagelo para tu cultivo. Sin embargo, si pierdes la batalla con alguna de tus plantas, asegúrate de eliminarlas por completo y no permitas que se descompongan cerca de las demás. Otra opción útil podría ser elegir variedades con alta resistencia a los hongos, como por ejemplo nuestra LSD Auto, la todoterreno Early Maroc o la clásica Original Amnesia, plantas que se defederán estupendamente de ese fastidio que, para cualquier cultivador, supone encontrar mildiu en su plantación.