Rosin Hash, extracción sin solvente de gran calidad
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No es ningún secreto que las extracciones y concentrados de marihuana están más de moda que nunca. Gracias a la situación legal de la planta en muchos lugares del mundo, la evolución vivida durante la pasada década en cuanto a derivados del cannabis ha sido impresionante. Tras unos años en los que el BHO se convirtió sin duda en la estrella en cuanto a concentrados de resina, pronto surgió una nueva técnica de extracción sin solvente que se convertiría en la preferida de muchos entendidos, especialmente de aquellos que recelan del uso de solventes químicos durante el proceso.
Esta nueva técnica recibió el nombre de Rosin Hash o Rosin Tech, y partía de un simple pero efectivo principio: aplicar calor y gran cantidad de presión sobre la materia vegetal para extraer la resina. Como suele suceder, esta técnica no tardó en depurarse hasta conseguir unos resultados absolutamente asombrosos, que cautivaron a un gran número de aficionados. Hoy en día existe toda una industria dedicada a este tipo de extracciones, con impresionantes prensas que permiten los más altos rendimientos y la mejor calidad. Asimismo, existen diversas formas de aplicar este método sin importar la variedad de cannabis que se procese, como comentaremos en este artículo.
Rosin Hash, extracción de resina sin solvente
En efecto, los primeros intentos de Rosin Hash se realizaban con una plancha para el pelo, con temperaturas de unos 150ºC y aplicando presión con las manos durante pocos segundos, apenas 4 o 5. Se envolvía un cogollo con papel de horno o similar, se metía entre las dos palas de la planch de pelo y se aplicaba toda la presión posible. Pasados unos segundos, y al escuchar un ligero crujido, se retiraba el cogollo envuelto en papel. De manera casi milagrosa, el cogollo había quedado completamente plano pero rodeado de pequeñas gotas de color ámbar, la preciada resina. Pronto empezaron a utilizarse sargentos para aplicar más presión sobre las palas de la plancha, lo que permitió bajar la temperatura de trabajo a unos 100-120ºC y conseguir así un sabor y aroma más delicados.
En cuanto los primeros concentrados de Rosin con una calidad verdaderamente notable empezaron a popularizarse, pronto surgieron varias empresas comercializando diversos tipos de prensas para su elaboración, así como de pequeñas mallas parecidas a bolsas de té que permitían procesar otros concentrados como hachís en seco (dry sift) o hachís hecho con agua y hielo. La variedad de prensas disponibles en el mercado a día de hoy es realmente amplia, con prensas manuales, hidráulicas y neumáticas, algunas especialmente diseñadas para procesar resinas mientras que otras lo están para prensar cogollos, con una mayor superfície de trabajo.
El uso de estas modernas prensas permite un control total y preciso sobre la temperatura de las placas calentadoras, algo indispensable para obtener concentrados de la mejor calidad. Además, la mayor presión ejercida (incluso más de 35 toneladas en algunos modelos) permite bajar drásticamente la temperatura, alargando el proceso en caso necesario hasta más de un minuto y consiguiendo así un producto con unas cualidades organolépticas de nivel superior, además de rendimientos incluso increíbles con determinadas plantas, especialmente con las grandes productoras de tricomas.
Como hemos mencionado, la aparición de las bolsas y mallas para Rosin (disponibles en distintos micrajes) también permitió, por un lado, poder envolver el cogollo antes del prensado evitando así que pequeñas partículas de materia vegetal ensucien la resina que recuperaremos del papel de horno y, por otro lado, poder envolver en ellas hachís (ya sea prensado o en polvo) y prensarlas sin problema, con lo que suele conseguirse un Rosin de una calidad excepcional. Como veremos a continuación, todo ello derivó en el desarrollo de diversas técnicas, cuya diferencia reside principalmente en la materia prima a prensar.
Técnicas de Rosin Hash
Como ya sabemos, todo empezó con el prensado de cogollos. Al principio se utilizaba materia vegetal particularmente seca prensada a altas temperaturas, lo que provocaba que la resina se contaminara con restos de materia vegetal y que además tuviera un evidente regusto a tostado. Gracias al uso de mayor presión se consiguió poder rebajar la temperatura, lo que mejora el aroma y sabor final en gran medida. Además, y al poder ejercer mucha más presión que anteriormente, se podía trabajar con cogollos medio húmedos, con apenas 4-5 días de secado. De esta forma, la materia vegetal tiende a romperse mucho menos que en caso de estar totalmente seca, lo que incrementa la pureza del concentrado final, que si se realiza correctamente no tiene residuo alguno.
Poco tiempo después de que los primeros Rosin Hash se dieran a conocer, algunos avispados extractores se dieron cuenta de que, a parte de poder extraer la resina de la materia vegetal rápida y limpiamente y sin solvente alguno, este método permitía también refinar otros concentrados y obtener así un extracto de una calidad muy superior a la de la materia de partida. En la actualidad se hace Rosin Hash tanto de cogollos como de diversos concentrados, como el hachís al agua (también llamado ice, waterhash o bubblehash), el hachís en seco e incluso el propio Rosin. En efecto, ya antes de que se empezaran a prensar resinas en vez de cogollos había gente que hacía Rosin con cogollos de la manera tradicional, recogía su resina y repetía el proceso, esta vez prensando Rosin en vez de cogollos. Con esto conseguían un producto final más limpio y, por lo tanto, más potente y sabroso.
Puede partirse también de resina cribada de la planta en seco con un tamiz (dry sift), lo que suele dar un Rosin de muy buena calidad. Cuanto más pura sea la materia prima, mejor será el producto final y más alto el rendimiento, pudiéndose llegar en algunos casos al 90%. También suele hacerse Rosin a partir de hachís de importación, con unos rendimientos y calidad que lógicamente dependen a su vez de la pureza del producto utilizado. Recientemente puede encontrarse también Rosin hecho a partir de resina cribada con la planta en fresco (llamado popularmente Frosin), tanto sin agua y hielo como con ellos. Por supuesto, también puede hacerse, aplicando los mismos principios, Rosin de hachís al agua con unos resultados similares.
Como véis, la diversidad de aplicaciones que presenta esta técnica es sin duda causa de su creciente popularidad, pues con una sola prensa y buenas plantas con las que empezar pueden conseguirse un gran número de productos con distintas propiedades y texturas, de una elevada calidad organoléptica y psicoactiva y sin el uso de ningún tipo de solvente químico.
Si vais a hacer Rosin, especialmente si lo queréis hacer con una plancha de pelo, recordad que es muy recomendable utilizar guantes con algún tipo de protección térmica, de lo contrario podéis quemaros las manos fácilmente. En caso de utilizar una prensa, leed detenidamente las instrucciones y seguid rigurosamente las recomendaciones del manual de seguridad. Pese a que se trata de una extracción sin solvente, la maquinaria utilizada en determinados casos puede ser peligrosa, y la seguridad nunca debe tomarse a la ligera!
Felices concentrados!